REPORTE DE SAN JUAN

Como siempre la doctora Astrid cumple a cabalidad con sus responsabilidades de corresponsal espontanea:

En el plaza de las Americas nos demoramos solamente dos horas para recorrer el primer piso. Sin embargo no es tan grande como el Santafe, lo que pasa es que los almacenes son muy grandes, con muchas promociones y son las marcas que todo el mundo quiere llevar.


La seguridad es extrema te dan vuelta cada 5 minutos, un vigilante diferente, aunque en los almacenes es muy chévere NADIE se te arrima a decirte en que le ayudo, y cosas así, tú puedes ver, tocar, desorganizar y volver a ver, probarte prendas y no llevar nada, y parte sin novedad no existe la señora que te haga malacara.

Eso si, los taxis son super costosos, pues imagínense: del Mall al hotel es como ir de la Alpujarra al parque de Envigado, en Medellín valdría 15 mil o menos, acá valió 20 dolares cada uno, porque aunque son Van, solamente llevan 7 pasajeros, se imaginan, en la vueltecita para conocer el Mall el transporte nos valió 40 dolares, y solamente en un trayecto, gracias a Dios solicitamos que nos dejaran allí y así nos ahorramos uno de los trayectos. Pero no se preocupen a partir del lunes a montar en bus (guagua).

El siguiente día fue muy duro, las figuras como siempre son muy complicadas, las niñas están todo el día en la piscina y el sol estaba inclemente. Se dio inició y super bien, nuestras muñecas marcaron la diferencia, así como las de Canada, obviamente los jueces en su mayoría eran de Puerto Rico y aunque las diferencias eran evidentes, en los puntajes se trato de igualar la situación, porque de verdad que nuestro nivel esta muy superior, al lado de las de EU y Canada.

Terminada la jornada, a correr para arreglarnos y rumbo a la fiesta, se imaginan estas niñas estaban divinas, bañadas, arregladas y nos recoge la guagua (un super bus de 71 pasajeros – pero antiguo), les enviaré una foto después.

La cena como siempre a la hora exacta a las 7 de la noche, muy rica, perfecta, y a saltar con unos locos de tambores, que tocaban espectacular.

Esa bailadita fue suficiente para que a las 10 y 30 de la noche estuvieran agotadas y a dormir porque el sábado era todavía más difícil.